ELLAS HABLAN, ELLOS HUYEN…CUANDO LAS PALABRAS PUEDEN DAÑAR LA PAREJA

Sitio Ciudad.com.ar y link a Clarín, 19/12/05
Alice Polina
¿Es cierto que las mujeres hablan más que los hombres? La diferencia de predisposición hacia las palabras, muchas veces, puede provocar un conflicto de pareja.
Generalmente, en una pareja, ella se queja de que él no la escucha y él de que ella habla demasiado. Cuando hay algún conflicto, ellas prefieren hablarlo y ellos que el tiempo cure las heridas. ¿Los hombres eligen el silencio y las mujeres las palabras?

Un estudio realizado por investigadores británicos publicado en la revista alemana Bild, sostiene que los hombres pasan 18 meses menos que las mujeres hablando por teléfono y que la mujer efectúa en el transcurso de su vida 288 mil llamados telefónicos, con una duración media de diez minutos, es decir, pasan en línea cuatro años y nueve meses. ¿Por qué por lo general las mujeres hablan más que los hombres?

“Cuando las mujeres tienen un problema lo primero que hacen es hablar por telefóno con una amiga, – explica la Licenciada en Psicología Iris Pugliese, Codirectora del Centro Psicoanalítico Argentino -.Tienen una mayor necesidad de comunicar las situaciones conflictivas y compartirlas. El hombre aunque ahora ya no es el duro de antes, prefiere descargar su vida emocional con sexo, más trabajo, deportes y, a veces, alcohol”.

A la mujer le gusta y cree en el intercambio emocional y de puntos de vista como modo de solucionar conflictos. El hombre teme que las palabras lo atrapen o lo comprometan.“Desde ya que estamos simplificando y generalizando y o sea que también encontramos mujeres de acción y hombres muy sensibles que disfrutan del diálogo intimista”, advierte Pugliese.

En una relación de pareja la diferencia de predisposición a las palabras, generalmente, termina generando roces. “No es que al hombre no le guste hablar, no sabe cómo, hay que enseñarle, – dice Andrés Ricardo Sánchez Bodas, Licenciado en Psicología y director de Holos San Isidro, Centro Argentino de Psicología Humanística y Counseling-. Si se lo encara de frente se siente amenazado en su intimidad, incapaz de encontrar una respuesta o de reflexionar. Y como cualquiera que se sienta amenazado se defiende. Esta defensa puede darse como un repliegue o como un ataque, por ejemplo: ¡Cómo rompe esta mujer!, ¡Qué quiere que le diga!, no entiendo qué pretende, que hincha p….”

Un estudio publicado en Neuroimage dice que el Dr. Michael Hunter y su equipo de la Universidad de Sheffield descubrieron que la voz femenina agota el cerebro del hombre. “Hunter relata que los tonos femeninos toman toda el área auditiva del cerebro, mientras que la voz de otro hombre sólo requiere del área subtalámica, – cuenta Pugliese-. Según este profesional, las mujeres tienen una voz natural con sonidos más complejos. Con este contundente resultado científico, es más que razonable no poder sostener la atención en el diálogo con una mujer por mucho tiempo. La voz femenina por ser más armoniosa y aguda se registra en la misma zona del cerebro de la música y ésto cansa más al hombre que una voz más grave, que se registra en la parte del cerebro que tiene que ver con las matemáticas y los razonamientos lógicos”.

¿Cómo hacer para lograr que ellos escuchen y se genere un diálogo en lugar de un monólogo? “Primero intentar que el hombre no se sienta amenazado, – sugiere Sánchez Bodas-. No ir directo al grano, hablar de otros y de paso preguntarle qué piensa o siente al respecto. Sus padres y madres no le enseñaron eso de hablar de sí mismos o de la pareja, no tienen modelo, no saben y por lo tanto le temen. Si se meten en ese campo poco conocido se sienten frágiles y eso para un hombre es muy duro. No se debe insistir, no sirve, el hombre se cierra más y se defiende más. Pero claro, ¿cómo hace una mujer para no insistir y esperar otro momento para hablar?”