ARQUITECTURA DEL SUEÑO

REVISTA CÓMO ESTAR BIEN Nº 135, EDITORIAL X.Y.Z Editora. Sección Salud.
Si consideramos que el ser humano destina una tercera parte de su vida a dormir
¿Hay alguna actividad más importante?
Asesoramiento: Lic. Iris Pugliese.

La principal función del sueño es la reposición de la energía gastada durante las actividades diarias. Dicho de esta manera, pareciera que la ausencia de sueño no traería mayores consecuencias que cansancio y una baja de la energía para la vida diaria. Sin embargo, según los especialistas, el sueño produce efectos fisiológicos sobre el sistema nervioso y sobre otras estructuras del organismo. De ahí que la vigilia prolongada, entre otras consecuencias, induce a un mal funcionamiento de las actividades relacionadas con la mente y con la conducta, además de los efectos periféricos sobre el cuerpo. Para la Licenciada Iris Pugliese, especialista en trastornos del sueño, la persona que padece de insomnio, además de la imposibilidad de desconectarse de problemas o situaciones que lo agobian y que le generan ansiedad o depresión, teme entrar en contacto con los deseos más profundos ligados a ellos.

¿Por qué se afirma que “la verdadera curación del insomnio pasa por recuperar la confianza en la vida”?

La vida no es un lecho de rosas, de modo que aún las personas “normales” no están exentas de tropezar circunstancialmente con eventos cotidianos que alteren el buen dormir. La denominada “confianza en la vida” es una actitud que se va construyendo básicamente a partir de los vínculos afectivos con los seres queridos a lo largo de la existencia. Esta actitud de confiar en nosotros mismos, en las personas y circunstancias que nos rodean es un proceso siempre fluctuante e inacabado. Se va elaborando a partir del predominio de buenas experiencias donde el sujeto tuvo un rol tanto activo como pasivo.
Si se quiere la paz, hay que prepararse para ella. De modo que para tener fe en la vida se debe estar dispuesto a luchar y vencer cada día una nueva batalla contra la natural pereza, los deseos de que los demás solucionen mágicamente todos nuestros problemas y la tendencia a dejar todo en manos de la providencia, sin acompañarla del propio esfuerzo. El intentar superarse cada día contribuye a tener la conciencia en paz y dormir tranquilo. Cuando se consigue, será probablemente porque se habrá encontrado el sentido de la propia vida.

Desde la psicología, ¿cuáles son las causas de esta afección?

Desde el punto de vista psicológico, cuando una persona sana no logra el relax necesario como para dormir, se debe a que no puede dejar de estar “en guardia”, porque teme que al perder el control propio del estado vigil, se aflojen las defensas que lo protegen de sus fantasmas personales. Sigmund Freud padre del psicoanálisis afirmaba que en la psiquis existen cargas energéticas de naturaleza sexual que se manifiestan principalmente durante la noche, cuando la conciencia afloja sus defensas.

Quien padece de insomnio, por un lado, no puede desconectarse de problemas o situaciones que lo agobian y que le generan ansiedad o depresión, como si se estuviera pendiente de su resolución, y por el otro, teme entrar en contacto con los deseos más profundos ligados a ellos, como si éstos pudieran hacer eclosión, sin el disfraz suficiente que poporciona el soñar, transformándose en pesadillas.

¿Cuáles son los efectos negativos del insomnio?

La vigilia prolongada trae como consecuencia un mal funcionamiento de las actividades del sistema nervioso relacionadas con la mente y con la conducta.
Un período prolongado de vigilia va seguido siempre de un pensamiento perezoso (mente). Una persona puede volverse muy irritable o mostrar tendencias psicóticas (conducta) si se le impide dormir por largo tiempo. Además, el sueño tiene también efectos periféricos sobre el cuerpo. Por ejemplo, mientras dormimos, el tono muscular casi desaparece, la presión arterial cae, lo mismo que la frecuencia cardíaca; la actividad del sistema digestivo puede aumentar, los músculos se encuentran en completo estado de relajación y el metabolismo basal del cuerpo disminuye entre un 10 y un 20 por ciento, todas cuestiones importantes para el normal funcionamiento del organismo.

¿Cuál es la terapia indicada para solucionar un problema de este tipo?

Ante todo, dado que los trastornos del sueño son sólo síntomas, es necesario hacer un diagnóstico diferencial que permita evaluar sus causas. Estas pueden ser de índole fundamentalmente somática, como en el caso de la enfermedad de Alzheimer; psiquiátricas, como en el trastorno depresivo mayor, o estrictamente psicológicas, como ocurre en las situaciones de duelo por pérdida de un ser querido, en los divorcios, frente a una intervención quirúrgica inminente, en la anorexia nerviosa, etc.
En las primeras, habrá que tratar la enfermedad de base y eventualmente indicar psicofármacos, en el caso de las segundas, puede combinarse un tratamiento psicofarmacológico con psicoterapia; y en las terceras generalmente y según el grado de severidad del problema, la psicoterapia tanto de la persona afectada como la de algún otro miembro del grupo familiar será la indicación correcta.

¿Es una enfermedad de carácter orgánico o psicológico?

El insomnio puede deberse a causas de diversa índole, incluso las provocadas por el hábito de consumir estimulantes de apariencia inofensiva como el café, el té, el mate, las bebidas cola o el chocolate.
Pero aún en aquellos casos en que se supone una etiología orgánica, no hay que olvidar que el ser humano no es ni psique ni soma, sino un psicosoma, cualquier vivencia dolorosa lo afectará en un sentido global. Asimismo, el bienestar psicológico aumentará las defensas e inmunidad frente a las enfermedades.

¿Hay que tratarlo desde un punto de vista interdisciplinario o es competencia de una especialidad en particular?

Una vez que se ha determinado la etiología se podrá saber si su tratamiento es patrimonio del médico clínico, del neurólogo, del psiquiatra, del psicólogo o de una combinación de algunos de ellos. En todos los casos, un dato importante a tener en cuenta es la edad del paciente. Cuanto más anciano sea, hay mayores probabilidades de que el insomnio se deba a una enfermedad de base orgánica. Mientras que en los jóvenes y adultos es probable que se relacione más con dificultades de la vida cotidiana, con conflictos inconscientes que no se han podido resolver adecuadamente.

¿Qué relación hay entre insomnio y estrés?

Tanto las personas muy estresadas como las deprimidas son candidatas a padecer problemas de insomnio. Las preocupaciones de sus mentes reverberan una y otra vez sin hallar la solución adecuada. Seguramente esos problemas se conectan con conflictos no resueltos en el pasado o situaciones traumáticas que no han tenido el marco adecuado para su elaboración.
Cuando a través de un tratamiento psicológico comienzan a ponerse sobre el tapete tales conflictos no sólo el insomnio cede, sino que la persona deja de estar paralizada en un punto que le achica su cosmovisión y puede retomar el crecimiento interior que había quedado interferido por el problema sin resolver.
El árbol no nos tiene que hacer perder de vista el bosque. Siempre es la persona en su totalidad, con sus proyectos y sus ilusiones, lo que está en juego.

Tipos de insomnio

Según su duración los trastornos del sueño se clasifican en:
a) Insomnio transitorio: dura no más de tres días y se vincula con el dormir en un ambiente extraño.
b) Insomnio de corta duración; no se extiende más allá de tres semanas. Relacionado con dolencias somáticas, situaciones de estrés, duelo o cambios de trabajo.
c) Insomnio de larga duración o crónico. Se mantiene durante meses o años. Es el que se vincula con afecciones psiquiátricas, dependencia del uso de psicofármacos o del alcohol, y afecciones orgánicas como la diabetes, el hipertiroidismo, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica.